El 31 de marzo de 2017 se
estrenaba en los cines Cantábrico. Los dominios del oso pardo,
un documental firmado y fotografiado por Joaquín
Gutiérrez Acha, y producido por Wanda, con la colaboración de RTVE,
Movistar + y otras entidades.
Valiéndose de las más modernas
técnicas de travelling, entre ellas
el uso de silenciosos drones dotados de cámaras de alta definición, Cantábrico
nos acerca la hermosísima naturaleza del norte de España, esas montañas
divinas, estribaciones de los Picos de Europa, con Brañavieja coronando, donde
puso la Creación “auras de libertad, tocas de nieve,/ y la vena del hierro en
sus entrañas”.
Gutiérrez Acha nos sube a las
blancas cumbres, y nos baja a los musgosos valles, donde gravitan los “bosques repuestos y sombríos,/ misterioso
rumor de hondas y vientos”, apenas trastocados por la mano del hombre. El
dominio de las familias de osos pardos, de machos en celo en pos de las
hembras, del frágil urogallo, del lobo siempre majestuoso, del armiño codiciado
por la antigua realeza, del salmón que vuelve a su charca, del gato montés, del
rebeco, del ciervo acosado, de la víbora de seoane… Naturaleza que vive en un
mundo paralelo, al margen de la presencia humana. No importa que caigan
imperios o se alcen monarquías. Un mundo con sus propias leyes implacables,
pero que se afana por respirar aire puro, que sobrevivirá siempre, si le dejan.
Esa naturaleza indómita, ajena a
todo humano dictamen, es el mejor legado que podemos dejar a las generaciones
futuras: un planeta libre como monumento vivo.
Ineludible el recuerdo del
espectador a Félix Rodríguez de la Fuente, El
hombre y la tierra: Fauna ibérica. Félix marcó un antes y un después del
cine documental de escenarios naturales. No importa que adiestrara a las
manadas de lobos y a las aves de presa. En la retina esas narraciones visuales
suyas, portentosas y de una belleza efectista. Gutiérrez Acha, con mucha
paciencia y solo contando con la suerte, aunque ya con mejores medios de
grabación, ha conseguido abrir un amplio mirador a la grandiosidad del monte
cántabro, con sus ráfagas que vienen del mar, sus ríos, sus brezos y pastos. Un
documental imprescindible, que debería marcar lo que ha de ser el eterno
presente de aquella naturaleza.
© Antonio Ángel Usábel, abril
de 2017.